Quiero estrenarme contando cómo llegué a conocer el maravilloso mundo de la Danza Oriental. Antes de nada, hacer saber que llevo muy poquito tiempo disfrutando de esto (poco más de cuatro años) pero el suficiente para ir experimentando los beneficios de este arte tan completo.
Al comienzo de todo esto, ya había conocido otras danzas también muy especiales y creo que debo mencionarlas ya que todas ellas me llevaron a querer conocer La Danza del Vientre. Empecé con la Danza Clásica, algo muy común de pequeñas que te ayudaba a apreciar lo sutil del baile, la música relajada y.. porque no también la barra de madera, jaja.. Al año siguiente, mi madre me apuntó a clases de Sevillanas pero fue algo breve ya que sólo duró un año.. Con unos diez años me presenté a las pruebas para entrar en el conservatorio de Mairena del Aljarafe.. y diréis: ¿que tiene eso que ver con danza? pues para mi fue muy bueno ya que me ayudó a apreciar mucho la música y también afinar el oído, algo interesante para interpretar una canción unida a sus instrumentos. Permanecí tres años en él hasta que mis estudios flaquearon y tuve que dejarlo.. Bueno, seguí con la danza Jazz o "Gim Jazz" y la verdad que me gustaba aún mas, era una mezcla muy conseguida en la que metían pasos algo contemporáneos pero de forma muy rítmica.. por aquel entonces nos tocó interpretar ¡I will survive! de Gloria Gaynor y tengo que decir que todas las del grupo nos lo pasábamos genial.. Cuando mi profesora de Jazz tuvo que abandonar las clases impartidas en mi colegio, me quedé un poco huérfana así que probé con Fanky. Este baile tenía un toque mas "chulo", el cual me vino genial ya que pasaba por mi época adolescente y me ayudó mucho para afrontar y evadirme de esos desajustes hormonales que todos tenemos con mayor o menor intensidad.. Después estuve un tiempo parada sin practicar danza, aunque si conocí otras artes como la Pintura y el Yoga.. Tras este periodo, empecé a escuchar algo que avivó mi curiosidad... "La Danza del Vientre". Empecé a querer saber mas y mediante Internet fui viendo que era algo asombroso! la música me encandilaba y esos movimientos tan coordinados y sinuosos me hizo sentir como si el instrumento tocado lo pudiéramos sentir en nuestro interior! y me pareció que algo así no podía perderme así que a través de una de mis amiga mas queridas, me apunté a mis primeras clases de Danza Oriental que para mi fueron el comienzo de una de mis actuales fuentes de felicidad.
